30 oct 2011

Borombombóm, la Genki-Dama es de Perón!!!

"Yo soy de Eva Duarte y Juan Perón" Gokú dixit
A diferencia de la mayoría de las series animadas que vimos de chicos, hubo una que marcó un antes y un después en nuestras vidas y mentes infantiles, no sólo por haber sido un gran hito debido a su popularidad, sino que, además, fue portadora de un contundente mensaje ideológico que amerita ser develado al mundo. Hablamos de la notable creación del guionista y dibujante nipón, Akira Toriyama, quien en 1984 publica, por primera vez, la saga de Dragon Ball (ドラゴンボール, Doragon Bōru, y sólo en España -típico de gallegos- Bola de Dragón).


¿Quién nunca alucinó con convertirse en super saiayin o hacer una genki-dama? ¿Quién nunca trató -en vano- hacer un hame-hame-ha o se tocó pensando en Bulma? Lo sabemos: Dragon Ball y su emblemático protagonista, Son Gokú (originalmente bautizado como Kakarotto), tendrán un lugar en nuestros corazones y lo rememoramos siempre con la nostalgia de ese nesquick con galletitas de la tarde en casa, después del cole, viendo la tele.


Pero hay algo detrás de todo este fenómeno televisivo y gráfico que fue furor -y aún perdura como tal- en la vida de tantos miles y miles de niños, púberes y adolescentes un poco atontados... Existe un mensaje político e ideológico que subyace al marketing, al juego de cartas, a las revistas, los pósters, los muñecos y hasta las películas de la serie: Gokú era peronista. Y no sólo eso. Fue el mejor peronista ficcional que vimos luchar contra el mal. Gokú fue, es y será uno de los nuestros, un peronista auténtico y de la primera hora, que representa y condensa en su sola imagen, cargada de musculatura y rayos eléctricos amarillos, los valores más importantes de la doctrina justicialista.


Veremos en profundidad las razones y evidencias que verifican la clara afiliación política de la serie y de Gokú al proyecto Justicialista a partir de los hechos que dieron vida a las sagas en cuestión y que, probablemente, nunca hemos tenido en cuenta y hemos dejado pasar, sin percatarnos de su insinuación... Y está bien que no nos hayamos dado cuenta; eso habla de la enorme capacidad de Akira Toriyama para introducir un mensaje de liberación y justicia social en el mundo entero, a partir de un producto gráfico y televisivo. Nos encargaremos del autor, también; quizás más adelante, quizás en otra nota. Vemos. Pero yendo a los hechos, para apaciguar la incertidumbre y las ansias que devoran las uñas de nuestros lectores, podemos comenzar con un hecho fundacional que plantea una nítida analogía entre el peronismo de Juan Domingo y la figura de nuestro superhéroe animado: Gokú era inmigrante. Inmigrante como las masas trabajadoras de la Argentina de 1943 que, desde hacía pocas generaciones, habían llegado a estas tierras en busca de nuevas oportunidades; los mismos que dieron vida al proceso de Industrialización por Sustitución de Importaciones, siendo protagonistas del reconocido "éxodo rural" y que luego serían los cabecitas negras que aquel 17 de sol llegaron a la Plaza de Mayo pidiendo por su líder. De modo similar, Gokú, de bebé, fue enviado a la Tierra desde su planeta natal -el Planeta Vegeta de la raza Saiyan que fue destruido por el conquistador intergaláctico, el malvado Freezer- y sufrió la desdicha de ser un niño abandonado a la buena de Dios, como quién dice. Aquí tenemos una primer coincidencia: Son Gokú representa y encarna esa clase trabajadora, desposeída, ninguneada por los poderosos, que escapa de la debacle y que, al mismo tiempo, será protagonista de las luchas más crudas por la liberación.


Ahora bien, hay un hecho recargado de simbolismo peronista que esclarece, sin lugar a dudas, el mensaje de Dragon Ball y no puede pasar a desapercibido: Gokú saluda con los dedos en "V" y se cortó la cola (característica de los Saiayines) para no ser un gorila. Contundente, más claro que el agua, el ejemplo es una fiel demostración del peronismo latente en la identidad del héroe extraterrestre que nos recuerda, además, la máxima del General: "la única verdad es la realidad".


Estudios recientes, elaborados por la CAJURIMOTOP (Cámara Justicialista de Ia Reproducción Iconográfica del Movimiento en Todo el Planeta) están analizando en profundidad el asunto y han demostrado cómo en la serie japonesa se ocultan diversos mensajes y tópicos propios de la identidad peronista y que se condicen, de manera más orgánica, con la doctrina de las 20 Verdades. Un ejemplo evidente recae en la relación que entabla el protagonista Gokú con su par saiayin, el "Príncipe" Vegeta, quien vive hostigado por su orgullo quebrantado de no ser el guerrero más poderoso y, presa de la soberbia y la envidia, intenta medirse constantemente con nuestro héroe. Ante esta situación es clarísima la postura adoptada por Gokú, que reprime los ánimos confrontativos de Vegeta señalándole que "ningún saiayin debe sentirse más de lo que es y menos de lo que debe ser. Cuando un saiayin comienza a sentirse más de lo que es, empieza a convertirse en oligarca". Otro capítulo de la saga que contribuye al reconocimiento de la identidad peronista de Gokú es aquel en el que defiende al planeta Nameku (cuna de Piccolo, el mítico personaje verde con antenas en la cabeza) de las garras liberales e imperialistas del amanerado Freezer y sostiene ante toda la población con ánimos de generar esperanza: "Queremos un planeta Nameku socialmente justo, económicamente libre y políticamente soberano. Alca, Alca, Al carajo con este cipayo gorilón de Freezer".


Así es como vamos viendo que detrás de aquel éxito televisivo que ocupó nuestras mentes, invadió nuestros juegos y fue pasión durante tantos años, existía un mensaje que contribuía a permear nuestras conciencias, desde pequeños, con la doctrina de Juan Perón. Brindo por ello. Pero esto no queda aquí. Existen más analogías, paralelismos y ocurrencias que demuestran la afiliación ideológica del autor y sus personajes.


Todos recuerdan que Gokú luchó en 3 oportunidades (una en Dragon Ball y otras dos en Dragon Ball Z) contra las Red Rubbon, las ligas enemigas que representaban la obsecuencia ante un sistema de desigualdad y odio. Es clarísima la intencionalidad de representar con la iconografía de esta Red Rubbon las filas radicales de la Argentina y, en otro sentido -esta hipótesis está en discusión aún entre los expertos-, al comunismo internacional. Pero aquí no se agota el tema. Recordemos que Gokú, de pequeño, salva al Presidente Perro que, presa de su propia debilidad, tiembla ante la embestida de la Red Rubbon. Por otra parte, en Dragon Ball Z y GT, Gokú demuestra su rebeldía y transgresión ante el orden, cuando pone en jaque el gobierno mundial de Mr. Satán (quien, además, era familiar suyo por ser el padre de su nuera). Aquí vemos traducido, en estos ejemplos (la lucha contra la Red Rubbon y el desprecio por los gobiernos mundiales), el claro llamado de Son Gokú en favor de la Tercera Posición. Gokú sostenía una posición pendular respecto a las distintas corrientes que se disputaban el gobierno mundial y, contrariando sus posiciones, recordemos cuál fue su mensaje al morir en batalla frente a Cell en su última evolución: "Mi único heredero es el Pueblo", les dijo a los hombres y mujeres aguerridos que salieron a dar pelea en contra del tirano verde.


Para finalizar, cabe señalar que existen numerosísimas teorías que atienden a este fenómeno inédito, hasta el momento oculto y acallado, sobre el arraigo y la afinidad justicialista de la serie Dragon Ball. Existen hipótesis que apuntan a un presunto encuentro entre Perón, en el año 1968, en Puerta de Hierro, y el SUGUDIMAJA (Sindicato Unificado de Guionistas y Dibujantes de Manga y Animé del Japón), en donde Akira Toriyama vivenció un despertar político e ideológico, producto de las palabras del General. Otras hipótesis sostienen que el carácter peronista de la serie responde a un profundo fanatismo del autor que era previo a entrar en contacto directo con Perón y la Argentina, ya que sus padres vivieron en el país exiliados durante la II GM. Finalmente, otras voces apuntan, sin mucho sostén verídico, que habría sido el mismísimo General Perón quien habría redactado las líneas orgánicas y fundamentales de la serie y le habría encargado la tarea de su confección al propio Toriyama.


Sea cual fuere la verdad de la historia, lo importante es entender que gracias a la labor militante de Toriyama, miles y miles de jóvenes de todo el mundo han crecido al calor de un héroe que les enseñó los valores fundamentales de la doctrina peronista y de la justicia social. Llegado este punto es interesante pensar la posibilidad de la extensión del Movimiento a lo largo y lo ancho del planeta, donde en cada rincón al que llegó la imagen y la pasión de Gokú, también lo hizo la palabra del General, encubierta en hame-hame-has, genki-damas y tanto otros formatos útiles a la causa. Brindemos por ello y sigamos brindando hasta desvariar. Viva la Patria.

28 oct 2011

De sabores dulces y amargos - CLB Vuelve


Mes de oKtubre. Del 20 al 27 de este mes, en el año 2011, vivimos tantas emociones que son imposibles de describir en palabras. Las vivimos, las estamos viviendo y es, precisamente, la vivencia la que motiva la escritura de estas empalagosas líneas. Quizás esta sea la semana más movilizada de nuestra historia contemporánea... No quiero pecar de cursilería, pero son tantos los sentimientos cruzados y amuchados en la vorágine del día a día que resulta muy difícil poder explicarlos a partir de lo que late en el pecho, traducirlo en palabras. Amores, alegrías, tristezas e impotencias. Alivios, agrados, ansias y reencuentros. Desencuentros, felicidades, lágrimas de pena y emoción. La semana emblemática que nos corre comienza en el día 20, el del aniversario de la muerte de Mariano Ferreyra; aquel militante del PO que se fue injustamente a manos de las balas de unos cuantos tarados que bastardean su "condición" de sindicalistas. Patotas burócratas que llenan sus bolsillos a expensas de valores que distan enormemente de representar. La muerte de Ferreyra, hace un año, fue un hecho político y social que marcó la cancha de la semana que, con su barro y su peso, pasará a la historia llegado el día 27. Néstor Kirchner, en medio de sus corridas habituales, sintió en lo profundo de su alma militante la muerte de Mariano y así debemos sentirla todos, porque pese a las diferencias ideológicas y políticas, con la partida de Mariano, se fue una parte de cada uno de nosotros. Como dijo el Che a sus hijos, “… sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera, en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario”. Mariano murió siguiendo este legado, como Néstor vivió haciendo valer las convicciones y luchando contras las injusticias, y así han perecido en el camino de la lucha y la pasión militante tantos hombre y mujeres que se fueron dejándonos una estrella que nos ilumine. Y así pasan las horas, el día y la noche, las sensaciones mutan y el sentimiento de impotencia devino en emoción y alegría: llegamos al 23 de octubre, pero de este año. Día del Pueblo que salió a pronunciarse en favor de este modelo de país y el Proyecto nacional, popular y latinoamericano que conduce nuestra líder indiscutida, Cristina Fernández de Kirchner. Abrazamos a nuestra conductora, quien conquistó la hazaña de reventar las urnas con el 53,9% de los votos, posicionándose como la representante más votada desde el retorno de la democracia, y, además, siguiendo de cerca los tantos conquistados, en otrora, por el General Perón. Este día 23 fue -y es aún- el vértigo del sentimiento popular, de la gente común y corriente, de los argentinos y las argentinas celebrando en sus casas, en sus barrios y, notablemente, en la Plaza de Mayo, la que hace 10 años nos parecía tan ajena, tan extraña, tan impropia. ¡10 años! ¿Recordamos? Algunos sí... La mayoría, por suerte. En esa Plaza reprimían, excluían, denigraban la voluntad popular. Y lo hicieron hasta el 25 de mayo de 2003, cuando volvimos a recuperarla para culminar, una vez más, congregados por este sentimiento hermoso de liberación y la nueva primavera que nos regalan la historia y el empuje de los pingüinos. Ahora es 26 de octubre. Nos acercamos al fin de esta semana tan sobrecargada y nos encontramos con la nostalgia, sentada, expectante, mirándonos a los ojos, mostrándonos lo que ya vimos, lo que ya conocemos. Néstor fue el mejor. El más ávido, el más perspicaz, el de mayor entrega. Y hay que reconocerlo: muchos crecimos sobre el piso de sus conquistas, criticando sin saber, sin conocer... Básicamente, sin entender. Hoy nuestro homenaje significa mucho, no por las flores, las velas y las fotos que nos pongamos de perfil en el facebook. Nuestro homenaje es en las calles, con el Pueblo, atendiendo las necesidades y siendo sensibles ante cualquier injusticia, como decía el Che. Mañana ya va a ser un año sin Néstor. El flaco se nos fue el día del Censo y eso sí que fue una ironía... Pero de las crudas, de las que no nos reímos. Mañana cumpliremos el primer año sin él y lloraremos en su memoria, degustando en nuestro alma el sabor amargo del primer año sin su sonrisa y, también, endulzados por el triunfo de Cristina. Se nos van a cruzar las emociones y seguiremos aprendiendo que en esta elección, en la militancia, se sufre y se festeja y no sólo por resultados numéricos. Se ganan y se pierden batallas, esperanzas, compañeros y compañeras. Se aprende, de todo se aprende. Y sobre todo, aprendemos cuando tenemos ejemplos de lucha que guían nuestro camino. Néstor nos enseñó uno, en el cual confluyen los de muchos que ya no están. Mariano nos mostró que hay almas sensibles ante las injusticias y que la solidaridad es un valuarte fundamental en cada militante. Mañana tendremos que ponerle el cuerpo a la nostalgia, esa compañera que nos espera sentada. Cerraremos la semana recordando a Néstor y su fuerza, la fuerza que también es de Cristina. No hagamos del homenaje un compromiso, todos los días tenemos que homenajear a nuestros compañeros y compañeras aportando nuestro grano de arena a la causa del Proyecto. El mejor honor es todos los días en la entrega a las causas populares y la lucha por la dignidad del pueblo. Y claro, hablo también, de la partida de Néstor, nuestro conductor, nuestro estratega, el flaco que no dejó las convicciones en otro lugar más en sus decisiones políticas, sustentadas por el mandato popular y la comprensión histórica. Néstor, hace un año atrás, corría a contratiempo de la salud, dejando la vida en cada acto, en cada instante, por un sueño, ese que nos regala a los pibes, de vivir en una Patria inclusiva, igualitaria y al servicio del Pueblo.