El resto son puras nimiedades

El artículo 100, inciso 6, de nuestra Constitución Nacional dispone que le compete al Jefe de Gabinete de Ministros la responsabilidad de enviar al Congreso el proyecto correspondiente de la Ley de Presupuesto Nacional diseñada por el Poder Ejecutivo. Este proyecto es el único que puede discutirse y tenerse en cuenta a la hora de revisarlo. Ningún representante legislativo posee la facultad de traer a colación proyectos que no se vinculen a la propuesta original. Es cierto, sí, que el Congreso es quien dispone el Presupuesto y lo fija, pero siempre basado en el programa y el plan de inversiones públicas del gobierno.

Lisandro de La Torre en el funeral de Bordabehere.
Esos sí que eran senadores serios.

Entonces, dicho esto, me urge la cuestión: ¿qué pasa en mi país? ¿Qué clase de representantes son estos bufones mediáticos, soldados rasos de los poderes concentrados, que pecan con su ignorancia y atentan contra la voluntad de un gobierno elegido democráticamente? ¿Quiénes son éstos que hoy predican sobre pluralidad, igualdad y otras habladurías que quedan enormes en sus bocas, cuando jamás fueron capaces de gestionar para el Pueblo, de cumplir con sus palabras, de defender a la Patria?

Ahora reaparecen, tras las tapas de los diarios y los zócalos de los noticieros, todos unidos, en santa jauría, sosteniendo propuestas que jamás se animaron a plantear. Que jamás pensaron en defender. Qué solo ahora se les ocurren porque no saben cómo manotear un halo de falsa popularidad ante lo imborrable de sus políticas y sus prontuarios de trayectoria.

Ahora reinciden y blasfeman contra el hambre de mi Pueblo planteando un "82% móvil inmediato para los jubilados" cuando fueron ellos los autores y cómplices de la precariedad de nuestros abuelos. Ahora quieren eliminar el Fondo de Desendeudamiento Argentino para que vuelva ese maldito FMI, pese a las noticias que nos comunica nuestra Presidenta, en cadena nacional, sobre la óptima posición en que se encuentra el país en materia económica internacional y el fin de la deuda defolteada para 2012.

Ellos son los cuatreros que quieren desfinanciar Aerolíneas Argentinas; eliminar el Programa de Intervenciones Prioritarias en Infraestructura Económica y Social; echar sombra sobre los gastos del Tesoro Nacional que, según su criterio, debería financiar la Asignación Universal por Hijo. Son estos caranchos, cuatreros y malandras los que quieren dejar a nuestros hermanos y compatriotas norteños sin Fondo Fiduciario Gasoducto Noroeste Argentino (Gnea).

¿Quiénes son estos endebles que se venden por migajas al poder de los apátridas? ¿Qué clase de teatro de revista es este que inventan los Hotton, los Carrió, los Bullrich, los Lozano, los Cobos? ¿Cómo son capaces de soltar palabras tan pesadas públicamente sin poder sostener lo que dicen? Es obvio, una regla maquiavélica los manda: el fin justifica los medios.

Pararse ante un Congreso Nacional y acusar de corruptos a los funcionarios de un gobierno es un acto, a todas luces, de gran valentía. Gran valentía si uno tiene, en primer lugar, los argumentos y las pruebas fehacientes para sostener lo dicho. Gran valentía, en segundo término, si se cuenta con las hagallas que tuvo Lisandro de La Torre, allá por julio de 1935, cuando denunció al gobierno de Justo y sus cómplices funcionarios, Pinedo y Duhau, de ser súbditos del dominio inglés que saqueaba nuestras carnes a sabiendas de los gobiernos infames.



Nuestra Leona



Pero este no es el caso, claro que no. Quienes hoy se animan a denunciar lo hacen trastabillando, confundiendo a la sociedad que, gracias a Néstor Kirchner, ha vuelto a preocuparse por lo que ocurre tras los muros del Congreso. Estos cómplices monopólicos son quienes dicen y se desdicen, minuto a minuto, sudando gotas frías de presión porque saben que sus dichos son muy peligrosos; están jugando con nuestra democracia, con las conquistas de este gobierno y saben que es el Pueblo el jurado último de todo su espectáculo. Estos no van a tener jamás un Bordabehere que caiga muerto en el recinto, eternizado por la valentía y la lealtad consecuente a sus ideas. Estos impresentables que, evidentemente, poco conocen de sus atribuciones y deberes como "representantes" nunca tendrán un lugar en la historia; yacerán en el olvido de lo más bajo de nuestra política. Yacerán y permanecerán ocultos tras el brillo de este Pueblo que se reencuentra en un nuevo despertar.

Pese a que lo intenten y su enfermiza obstinación, hay un futuro que promete y nos invita a seguir caminando. Con o sin presupuesto, tenemos una Presidenta que sabe qué hace y qué debe hacer. Tenemos una Presidenta que gobierna y no sólo administra. Tenemos una Leona que nos defiende de las garras foráneas y las inernas, e intenta, con cada paso, hacer de nuestro camino un andar más digno. El resto, son puras nimiedades; la fuerza del Pueblo, todo.

N.d.A.: Esta nota fue escrita el 13 del corriente mes. Lamento no haberme apiolado y haberla subido antes, puesto que son de público conocimiento todos los hechos que se han suscitado en las últimas horas en torno a la discusión por el Presupuesto Nacional. Espero que no se aburran con las líneas ni venga Camaño y me aplique un golpe por colgado.