19 oct 2010

Tres Temibles Tigres

   ¿De quién estoy hablando?. Ni más ni menos este viernes 15 de octubre nos visitó el trío canadiense más grande de toda la historia, Rush, en medio de su “Time Machine Tour” con un recital que rompió todas las barreras de la expectación que teníamos en el público.

Foto presentación de su gira "Time Machine Tour"
    Antes de proseguir con el relato de esa encantadora noche, vamos a hacer un poco de memoria, ¿Quiénes carajos son Rush? Para el que no esté familiarizado con la banda, son un grupo de canadienses medio del marote, integrado por Geddy Lee en el bajo, voz y sintetizador, Alex Lifeson en guitarra y coros y Neil Peart en batería y letras. Comenzó su trabajo allá por el año 1974 con el álbum debut homónimamente titulado (Rush), donde por la radio ya se sintonizaba el último tema del disco “Working Man”. Con aires de Hard Rock, empezaron a acaparar popularidad por el hemisferio norte, sobre todo después del discazo de 1975 “Fly By Night”, donde sus influencias blueseras se encontraron con la temática épica que se puede apreciar en su single "By-Tor and the Snow Dog"; ese mismo año, lanzarían otro disco, “Caress Of Steel”, cuyo recibimiento fue muy pobre al que se esperaba fuera el álbum que los dispare a la fama, pero la fama no tardaría en llegar. Abrazándose de la creciente ola de rock progresivo y de la influencia enorme que estaba teniendo el “sintetizador”, en 1976 Rush hace vuelo con su disco “2112”, este disco no solo logró el éxito comercial de ellos, sino que se convertiría en el primer disco platino de la banda y que se haya dado en Canadá; su primer tema (2112) es una canción épica de 20 minutos con 3 partes, cuya curiosidad poco habitual del rock, es que en vez de hacer una crítica extensiva al capitalismo como Pink Floyd, justamente hace alusión a los pros del sistema productivo antes mencionado.

Portada de su épico disco "2112"

      Este sería un punto de inflexión en la banda, puesto que durante los siguientes años, contarían con una de las mayores experimentaciones sonoras que se haya visto, desde la incorporación de diversos tipos de sintetizadores (Moog, pedales, etc.), hasta de percusión, como timbales, triángulos, gong, entre otros, además de incorporar a su estilo otras tendencias, desde reggae hasta new wave. Sus siguientes discos “A Farewell to Kings” (1977) y “Hemispheres” (1978), si bien todavía mantendrían cierta estética a “2112”, con las largas y conceptuales canciones con arreglos que parecían de una película de ciencia ficción, esto pronto llegaría a su fin con el nuevo decenio, gracias al advenimiento de “Permanent Waves”, de 1980, cuya influencia marcada del Reggae y New Wave, daría como resultado una inserción mayor de sintetizadores y temas más cortos, por otro lado, las letras de Neil Peart dejaron de abordar la fantasía para acercarse más a temas como el humanismo, lo social, lo emocional y lo metafísico.
       La culminación de su éxito se observaría en el siguiente álbum de 1981 “Moving Pictures”. Este disco rompió fue un bife a toda la faz de la Tierra, desde su primer tema “Tom Sawyer” hasta el último “Vital Signs” se puede observar una de las pocas muestras del mayor profesionalismo y complejidad musical dentro del “mainstream”. Podría hacer todo un ensayo en base a este disco, pero con decirles que consiguió el cuádruple platin por sus más de 4 millones de ventas, y además permaneció entre los primeros tres discos del Billboard yankee durante semanas y semanas. Quisiera seguir horas y horas escribiendo acerca de esta épica banda de la historia del rock, pero… no da. Solo voy a comentar que respecto al resto de su carrera, se siguen contando numerosos éxitos desde un punto de vista musical como comercial (para ser más precisos 11 discos siguientes de éxitos).

Portada de "Moving Pictures", el disco presentado en la gira
      Y es a este disco anterior mencionado al que yo quería llegar para hablar del recital que tuvo lugar en el estadio atlético de G.E.B.A. de la sede Jorge Newbery, ¿por qué? Porque fue “Moving Pictures” justamente el disco que presentan a lo largo de esta gira, que repito se llama “Time Machine Tour”. No solo interpretaron ese disco, sino que se llevó a cabo un show de tres horas, donde se tocaron TODO, tocaron temas de toda su historia, desde el primer hasta el último álbum, e incluso dos temas que serán parte de su próximo disco a lanzar el año que viene. Es más para que vean que tan capo soy, les digo en que consistieron las tres horas: The Spirit of Radio, Time Stand Still, Presto, Stick It Out, Workin´ Them Angels, Leave That Thing Alone, Faithless, BU2B (tema del disco a venir), Freewill, Marathon, Subdivisions, un pequeño intermedio que realizaron alegando estar viejos (desconozco el motivo real), Tom Sawyer, Red Barchetta, YYZ, Limelight, The Camera Eye, Witch Hunt, Vital Signs, Caravan (tema del próximo disco), Love 4 Sale (un solo de batería, increíble e interminable), Closer To The Herat, 2112 ("Overture" y "The Temples of Syrinx", no lo tocaron entero, sino era media hora más de recital), Far Cry, y un “encore” de La Villa Strangiato y su primer sencillo Working Man. No solo fue increíble musicalmente (a pesar de los obvios rebotes de sonido que sucedían a los costados del estadio), sino que los loquitos se hicieron unas presentaciones e intermedios de video, tan bizarros y absurdamente albinos que desconcertaron a todo el público (les prometo que estarán en el blog en cuanto los encuentre por Internet). Tres horas de magia desplegada por el potente Jazz Bass y Precision Bass de Geddy Lee (ambos de Fender). Y algo que fue muy curioso, Axel Lifeson, utilizó una guitarra distinta por tema más o menos, pasó por tres o cuatro modelos distintos de Gibson Les Paul, por varias PRS (similar a la que usa actualmente Santana), y culminó con la Gibson 335. Por su parte Neil Peart, no se quedo atrás, ya que su equipo de batería, no solo tenía elementos de percusión ajenas a la batería (como cencerros, glockenspiel y campanas tubulares), sino que el mismo iba girando en su asiento, mientras tocaba, hasta encontrarse detrás de él equipos de percusión electrónicos.
     Realmente los inconvenientes que hubieron fueron dos: rebote de sonido y que el sonido estaba bajo al principio del recital, pero fue totalmente opacado, no solamente por los videos que hicieron, sino por el despliegue musical y lumínico que hicieron, con todo un juego de lasers e innumerables cortinas de humo (las que no eran de parte del público, en mi humilde opinión, no vi tal consumo de faso desde Roger Waters en 2006). Dejando la boludes: un recital como dios manda.

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