14 oct 2010

De Copiapó a la historia

Miércoles 13 de octubre, 22:13hs. La temperatura en Buenos Aires, a la altura de la entrepierna, es de 19°. ¿Cuánto más arderá bajo los 700m de la mina el Chiflón del Diablo, en Copiapó? El mensaje televisivo preludia, seguramente, todas las tapas de mañana: Misión Cumplida.
El presidente chileno, Sebastián Piñera, en su discurso, luego de dejar escapar un tibiecito "mierda" entre sus palabras, habla en cadena nacional haciendo alusión al líder de los mineros, Luis Urzúa, como "un verdadero capitán que hace lo que tiene que hacer". Yo me pregunto, ¿ya arrancó la campaña del segundo mandato? Otra: ¿el presidente no tenía otra manera más atinada y menos proyanki de terminar su discurso, luego de sus tres "Viva Chile", que hablando en inglés para la CNN?
Sin objeción, la tragedia de estos 33 hombres atrapados tierra a fondo, en las entrañas de una mina, fue un hecho lamentable durante estos 69 días y hoy, digno de celebración y alegría por el rescate que ha sido, sin lugar a dudas, un éxito. ¿Quién no flashó en estos últimos dos meses lo fuerte que era saber que mientras uno estaba piola, al aire libre, fumando un puchito o caminando por la calle, había 33 tipos enterrados a 700 metros?

Han surgido muchas controversias en todo este tiempo. Por un lado, la responsabilidad del Estado chileno respecto a este funesto ya que la mina en cuestión había sido cerrada y reabierta en este mismo año. Por otro, ¿qué tipo de retribución puede recibir un tipo que estuvo 17 días sin saber si volvería a ver la luz del sol?
Desde que asumió Piñera, el panorama chileno no paró de verse convulsionado: el terremoto del sur, la imagen de Bachelet, el mundial a puro Bielsa, el quiebre de la Concertación, los mineros atrapados, los mapuches presos en huelga de hambre, el bicentenario... La estabilidad del gobierno LAN se vio amenazada aunque los intentos del presidente por limpiar su imagen de derecha se ven reflejados en este triunfo -que realmente es un mérito de la fuerza del pueblo chileno y la habilidad de numerosos rescatistas e ingenieros- que, seguramente, será un punto a favor del mismo.
Volviendo a los mineros, esa clase obrera tan particular, tan sacrificada, tan manchada por el rojo de la sangre y la revolución, al menos, en Latinoamérica, hace pensar sobre lo genuino de su condición. La minería es una actividad milenaria, milenariamente peligrosa y milenariamente forzosa. El devenir de la historia de nuestra Patria Grande nos muestra en estos trabajadores la injusticia de la colonia que los mantuvo como esclavos: desde el relato triste del Cerro Potosí en el Virreinato -que aún hoy continúa haciendo eco por la precariedad de condiciones-, pasando por la revolución nacional del '52 encabezada, mayoritariamente, por los mineros bolivianos; hasta la masacre de Santa María de Iquique, en Chile, pero hace 103 años, con todos sus luchadores asesinados a mansalva, con el fin de acallar su reclamo laboral. Hoy, 2010, los mineros y su tragedia son un reflejo más del filo de las garras de las empresas multinacionales, que, a expensas de los Estados, acaban con sus sueños. Claro, no es el caso de estos 33 valientes que pudieron salir del agujero del que eran presos. Ellos recibirán sus millones por haber sido víctimas y, por lo menos, bien merecidos los tienen. Pero, digo, ¿no será hora de revisar las políticas mineras a lo largo y ancho del mapa? En nuestro país estamos siendo parte de esta discusión que tardó varios -muchos- años en llegar. La minería es una labor sumamente delicada por lo peligroso de sus condiciones -hasta en Inglaterra han sabido rebelarse los trabajadores del rubro- y no es un dato menor, por debajo de las ganancias, a la hora de discutir las políticas de explotación. Sin Estados que regulen la seguridad de sus trabajadores, los bolsillos foráneos pueden dormir tranquilamente con sus conciencias, a pesar de la muerte de muchos obreros que, seguramente, no significan nada en comparación con sus arcas millonarias. Por eso hoy, en esta fecha de festejo por las vidas rescatadas de la Mina del Diablo, en el desierto de Atacama, deben elevarse, como ya lo han hecho a lo largo de la historia, las banderas de las reivindicaciones de los trabajadores de las minas que, entrado este siglo XXI, ya están en hora de trabajar y vivir como merecen: con dignidad.

5 comentarios:

  1. "¿ya arrancó la campaña del segundo mandato? "

    Habría que aclarar que en Chile esta prohibida la reeleccion inmediata, con lo cual su segundo mandato tendría que venir luego de uno distinto en el medio.

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  2. gracias por el dato, no estabamos al tanto de eso y fue un error plantearlo sin saber. no obstante creo que la idea igual es clara. piñera puede no ser candidateable seguidamente, pero sí alguno de sus paladines... no creo que en el marco de la disputa del poder estatal importen tanto las caras -en algunos casos, claro está- sino el proyecto -o la falta del mismo- que quiera llevarse adelante; sobre todo en un país como chile donde el sistema de partidos está muy cerrado a una disputa entre grandes bloques que igual hoy están sufriendo un proceso de transformación y ruptura

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  3. un poco morbo pero ingenioso

    http://www.root33.cl/los33/

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  4. naaaaah
    al joraca mal se fue eso

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  5. verdaderamente inentendible que un discurso abra con un "viva chile carajo" y termine en inglés.

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