12 de agosto. Día Internacional de la Juventud , según la Organización de las Naciones Unidas. Un día al año se festeja, todos los días se le hace honor.
Mafalda, por Quino. |
Nos dicen que hacemos tal o cual cosa “porque somos jóvenes”. Eso es un halago. Cada vez que alguien diga esas palabras, siéntanse bien porque es lo mejor que podemos escuchar. De la juventud misma proviene el cambio. De nuestras entrañas es de donde salen las nuevas ideas, los mejores y frescos pensamientos, nosotros tenemos la llave. Es importante que seamos conscientes del poder que tenemos como grupo. Debemos entender la fuerza que poseemos; podemos cambiar y modificar las cosas a nuestro propio parecer. Algunos son los adultos que nos miran con envidia, que añoran esta etapa de la vida, esta energía que nos envuelve y nos hacer volar. Son ellos (los que no lograron cerrar en su cabeza este gran ciclo) quienes nos dicen “vos porque sos joven, yo también pensaba así antes…”. Sólo alguien que no sintió reales ganas de un cambio, de una revolución puede decir eso. La edad no modifica nuestra ideología. Nos puede hacer más realistas, menos ingenuos tal vez, pero nuestra sed de cambio, nuestra ansia por ver un mundo distinto no se desgasta con el tiempo. Ese comentario, además, conlleva de por sí una ideología un tanto “floja”, diría yo. ¿Qué nos quieren decir, que somos unos boludos, que no gastemos nuestro tiempo en esas cosas? Sin embargo no les hacemos caso y pensamos “Qué grandote boludo sos, las giladas que decís. Gil”. Y seguimos adelante. Al menos eso deberíamos hacer.
Sin embargo no hay que hacer la vista gorda y ser ingenuos -boludos. No todos los jóvenes de hoy claman por un mundo mejor. También forman parte de la juventud esos chicos que no les importa nada más que el último modelo de celular o las llantas del auto. A esos jóvenes les decimos hoy, ¿qué les pasó? ¿Dónde están esas ganas de progresar? No es su culpa que piensen solamente en ropa, celulares y alcohol. Eso se debe al mundo donde están insertos, a la familia que los crió durante años, al entorno continuo que los rodea. No podemos culparlos de su propia insatisfacción personal. Ellos son las víctimas de la situación. Tampoco debemos, por eso, discriminarlos o dejarlos de lado. Ellos son también parte de la juventud del día de hoy. ¿Y quién tiene la culpa de esto? La puta dictadura. Los años nefastos que nos antecedieron. (Ojo igual, boludos hubo siempre, en todas las épocas). Decirle a un pibe “política” hoy es como no decirle nada. Hablarle de la “realidad social” es cortar justo ahí la conversación. No les interesa saber nada acerca de los problemas actuales que nos abrazan día a día. No quieren saber que pasó finalmente con cierto gobernador o cierta ley (que implica hojear un diario o ver un rato un noticiero). No desean conocer acerca de los candidatos antes de salir a poner un voto, acto tan importante y significativo en nuestro país. No quieren informarse, votar de manera consciente. Elijen a quienes sus padres elijen o según el grado de convencimiento de algún amigo. Lo hacen por obligación. El día antes de las esperadas elecciones, les importa más donde comprar el alcohol para esa noche. Es por eso que debemos ayudar, colaborar con la transformación social; para que los futuros jóvenes adquieran el gusto (hoy un poco perdido) por la hermosa política.
¡Cuántos fueron los cambios que empezaron con los jóvenes a la cabecera! ¡Cuántos fueron los movimientos culturales, musicales y artísticos que surgieron por necesidades de la juventud!
¡Cuántas fueron las organizaciones de jóvenes –políticas, estudiantiles, sociales- que formaron y cambiaron parte de nuestra historia!
Innumerables grupos de jóvenes reunidos bajo un mismo propósito (desde una misma ideología hasta vestirse de colores y sacarse fotos) han formado, y formarán, parte de este desfile.
El día de la Juventud es todos los días! Hasta que nos pongamos un poco más viejos nomás…
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