28 oct 2011

De sabores dulces y amargos - CLB Vuelve


Mes de oKtubre. Del 20 al 27 de este mes, en el año 2011, vivimos tantas emociones que son imposibles de describir en palabras. Las vivimos, las estamos viviendo y es, precisamente, la vivencia la que motiva la escritura de estas empalagosas líneas. Quizás esta sea la semana más movilizada de nuestra historia contemporánea... No quiero pecar de cursilería, pero son tantos los sentimientos cruzados y amuchados en la vorágine del día a día que resulta muy difícil poder explicarlos a partir de lo que late en el pecho, traducirlo en palabras. Amores, alegrías, tristezas e impotencias. Alivios, agrados, ansias y reencuentros. Desencuentros, felicidades, lágrimas de pena y emoción. La semana emblemática que nos corre comienza en el día 20, el del aniversario de la muerte de Mariano Ferreyra; aquel militante del PO que se fue injustamente a manos de las balas de unos cuantos tarados que bastardean su "condición" de sindicalistas. Patotas burócratas que llenan sus bolsillos a expensas de valores que distan enormemente de representar. La muerte de Ferreyra, hace un año, fue un hecho político y social que marcó la cancha de la semana que, con su barro y su peso, pasará a la historia llegado el día 27. Néstor Kirchner, en medio de sus corridas habituales, sintió en lo profundo de su alma militante la muerte de Mariano y así debemos sentirla todos, porque pese a las diferencias ideológicas y políticas, con la partida de Mariano, se fue una parte de cada uno de nosotros. Como dijo el Che a sus hijos, “… sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera, en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario”. Mariano murió siguiendo este legado, como Néstor vivió haciendo valer las convicciones y luchando contras las injusticias, y así han perecido en el camino de la lucha y la pasión militante tantos hombre y mujeres que se fueron dejándonos una estrella que nos ilumine. Y así pasan las horas, el día y la noche, las sensaciones mutan y el sentimiento de impotencia devino en emoción y alegría: llegamos al 23 de octubre, pero de este año. Día del Pueblo que salió a pronunciarse en favor de este modelo de país y el Proyecto nacional, popular y latinoamericano que conduce nuestra líder indiscutida, Cristina Fernández de Kirchner. Abrazamos a nuestra conductora, quien conquistó la hazaña de reventar las urnas con el 53,9% de los votos, posicionándose como la representante más votada desde el retorno de la democracia, y, además, siguiendo de cerca los tantos conquistados, en otrora, por el General Perón. Este día 23 fue -y es aún- el vértigo del sentimiento popular, de la gente común y corriente, de los argentinos y las argentinas celebrando en sus casas, en sus barrios y, notablemente, en la Plaza de Mayo, la que hace 10 años nos parecía tan ajena, tan extraña, tan impropia. ¡10 años! ¿Recordamos? Algunos sí... La mayoría, por suerte. En esa Plaza reprimían, excluían, denigraban la voluntad popular. Y lo hicieron hasta el 25 de mayo de 2003, cuando volvimos a recuperarla para culminar, una vez más, congregados por este sentimiento hermoso de liberación y la nueva primavera que nos regalan la historia y el empuje de los pingüinos. Ahora es 26 de octubre. Nos acercamos al fin de esta semana tan sobrecargada y nos encontramos con la nostalgia, sentada, expectante, mirándonos a los ojos, mostrándonos lo que ya vimos, lo que ya conocemos. Néstor fue el mejor. El más ávido, el más perspicaz, el de mayor entrega. Y hay que reconocerlo: muchos crecimos sobre el piso de sus conquistas, criticando sin saber, sin conocer... Básicamente, sin entender. Hoy nuestro homenaje significa mucho, no por las flores, las velas y las fotos que nos pongamos de perfil en el facebook. Nuestro homenaje es en las calles, con el Pueblo, atendiendo las necesidades y siendo sensibles ante cualquier injusticia, como decía el Che. Mañana ya va a ser un año sin Néstor. El flaco se nos fue el día del Censo y eso sí que fue una ironía... Pero de las crudas, de las que no nos reímos. Mañana cumpliremos el primer año sin él y lloraremos en su memoria, degustando en nuestro alma el sabor amargo del primer año sin su sonrisa y, también, endulzados por el triunfo de Cristina. Se nos van a cruzar las emociones y seguiremos aprendiendo que en esta elección, en la militancia, se sufre y se festeja y no sólo por resultados numéricos. Se ganan y se pierden batallas, esperanzas, compañeros y compañeras. Se aprende, de todo se aprende. Y sobre todo, aprendemos cuando tenemos ejemplos de lucha que guían nuestro camino. Néstor nos enseñó uno, en el cual confluyen los de muchos que ya no están. Mariano nos mostró que hay almas sensibles ante las injusticias y que la solidaridad es un valuarte fundamental en cada militante. Mañana tendremos que ponerle el cuerpo a la nostalgia, esa compañera que nos espera sentada. Cerraremos la semana recordando a Néstor y su fuerza, la fuerza que también es de Cristina. No hagamos del homenaje un compromiso, todos los días tenemos que homenajear a nuestros compañeros y compañeras aportando nuestro grano de arena a la causa del Proyecto. El mejor honor es todos los días en la entrega a las causas populares y la lucha por la dignidad del pueblo. Y claro, hablo también, de la partida de Néstor, nuestro conductor, nuestro estratega, el flaco que no dejó las convicciones en otro lugar más en sus decisiones políticas, sustentadas por el mandato popular y la comprensión histórica. Néstor, hace un año atrás, corría a contratiempo de la salud, dejando la vida en cada acto, en cada instante, por un sueño, ese que nos regala a los pibes, de vivir en una Patria inclusiva, igualitaria y al servicio del Pueblo.

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