"La hipótesis heliocéntrica durmió hasta Copérnico. Uno de los responsables de esta catalepsia fue Aristóteles, que con su inmensa autoridad policial impidió cualquier alzamiento contra el régimen establecido. Schopenhauer y Bertrand Russell afirman que este filósofo constituyó una calamidad pública que duró veinte siglos. Muchos se enojan arguyendo que fue un gran genio. No veo la contradicción: solamente un gran genio puede constituir una gran calamidad. Si Aristóteles hubiese sido un mediocre no habría sido capaz de impedir durante dos mil años el advenimiento de la nueva física. Los genios promueven grandes adelantos en el pensamiento humano; pero, cuando les da por estar equivocados, son capaces de frenarlo durante varios siglos."
"La escuela de Aristóteles hacía ciencia de la siguiente manera: Los planetas son eternos. Su movimiento debe ser, por lo tanto, eterno. El único movimiento eterno es el circular. Por consiguiente, los planetas se mueven en círculos. Esto parece irreprochable. No se ve, sin embargo, por qué no aceptar directamente la conclusión, en vez de partir de una proposición que es bastante dudosa. Con el método silogístico se cree averiguar verdades nuevas, cuando en el fondo tales verdades están ya contenidas en las premisas que se aceptan alegremente; de este modo todo se convierte en una tautología. Una de las críticas más agudas del método puede leerse en The Problems of Philosophy, de Bertrand Russell, al analizar el silogismo clásico: Todos los hombres son mortales; Sócrates es hombre; luego, Sócrates es mortal. “En este caso —dice Russell— lo que conocemos más allá de toda duda razonable es que ciertos hombres A, B, C, eran mortales, puesto que realmente han muerto. Si Sócrates es uno de estos hombres, es absurdo el rodeo de ‘todos los hombres son mortales’, para llegar a la conclusión de que probablemente Sócrates es mortal. Si Sócrates no es uno de los hombres sobre los cuales se funda nuestra inducción, mejor será que vayamos directamente de nuestros A, B, C, a Sócrates, en vez de dar la vuelta por la proposición general todos los hombres son mortales. Pues la probabilidad de que Sócrates sea mortal es mayor, según nuestros datos, que la probabilidad de que todos los hombres sean mortales. (Esto es evidente, pues si todos los hombres son mortales, Sócrates lo es también; pero si Sócrates es mortal, no se sigue que todos los hombres deban ser mortales.) Por consiguiente, alcanzaremos la conclusión de que Sócrates es mortal con una mayor aproximación de certeza si hacemos un razonamiento puramente inductivo que si pasamos por todos los hombres son mortales y usamos de la deducción.” Las fallas de este procedimiento habían sido vistas en la época de Bacon por mucha gente, no sólo por el Lord Canciller de la Corona; y por otra parte el método inductivo por sí solo no era capaz de superar ese estado de cosas. No se ve, pues, la razón para que algunos adjudiquen a Bacon el título de “padre de la ciencia moderna”, que corresponde a Galileo. El físico italiano se dio cuenta de que la mera inducción no podía constituir el método de la ciencia. Por el contrario, si bien parte de la experiencia, se pone en guardia contra el fetichismo empirista que lleva a menudo a conclusiones equivocadas. Al fin de cuentas, era justamente la observación la que había llevado a los aristotélicos a creer en la rotación del Sol y en el principio de la fuerza permanente, dos grandes errores."
El hombre es, por naturaleza, un animal.
ResponderEliminar"La hipótesis heliocéntrica durmió hasta Copérnico. Uno de los responsables de esta catalepsia fue Aristóteles, que con su inmensa autoridad policial impidió cualquier alzamiento contra el régimen establecido. Schopenhauer y Bertrand Russell afirman que este filósofo constituyó una calamidad pública que duró veinte siglos. Muchos se enojan arguyendo que fue un gran genio. No veo la contradicción: solamente un gran genio puede constituir una gran calamidad. Si Aristóteles hubiese sido un mediocre no habría sido capaz de impedir durante dos mil años el advenimiento de la nueva física. Los genios promueven grandes adelantos en el pensamiento humano; pero, cuando les da por estar equivocados, son capaces de frenarlo durante varios siglos."
ResponderEliminar"La escuela de Aristóteles hacía ciencia de la siguiente manera:
Los planetas son eternos.
Su movimiento debe ser, por lo tanto, eterno.
El único movimiento eterno es el circular.
Por consiguiente, los planetas se mueven en círculos.
Esto parece irreprochable. No se ve, sin embargo, por qué no aceptar directamente la conclusión, en vez de partir de una proposición que es bastante dudosa.
Con el método silogístico se cree averiguar verdades nuevas, cuando en el fondo tales verdades están ya contenidas en las premisas que se aceptan alegremente; de este modo todo se convierte en una tautología. Una de las críticas más agudas del método puede leerse en The Problems of Philosophy, de Bertrand Russell, al analizar el silogismo clásico:
Todos los hombres son mortales; Sócrates es hombre; luego, Sócrates es mortal.
“En este caso —dice Russell— lo que conocemos más allá de toda duda razonable es que ciertos hombres A, B, C, eran mortales, puesto que realmente han muerto. Si Sócrates es uno de estos hombres, es absurdo el rodeo de ‘todos los hombres son mortales’, para llegar a la conclusión de que probablemente Sócrates es mortal. Si Sócrates no es uno de los hombres sobre los cuales se funda nuestra inducción, mejor será que vayamos directamente de nuestros A, B, C, a Sócrates, en vez de dar la vuelta por la proposición general todos los hombres son mortales. Pues la probabilidad de que Sócrates sea mortal es mayor, según nuestros datos, que la probabilidad de que todos los hombres sean mortales. (Esto es evidente, pues si todos los hombres son mortales, Sócrates lo es también; pero si Sócrates es mortal, no se sigue que todos los hombres deban ser mortales.) Por consiguiente, alcanzaremos la conclusión de que Sócrates es mortal con una mayor aproximación de certeza si hacemos un razonamiento puramente inductivo que si pasamos por todos los hombres son mortales y usamos de la deducción.” Las fallas de este procedimiento habían sido vistas en la época de Bacon por mucha gente, no sólo por el Lord Canciller de la Corona; y por otra parte el método inductivo por sí solo no era capaz de superar ese estado de cosas. No se ve, pues, la razón para que algunos adjudiquen a Bacon el título de “padre de la ciencia moderna”, que corresponde a Galileo.
El físico italiano se dio cuenta de que la mera inducción no podía constituir el método de la ciencia. Por el contrario, si bien parte de la experiencia, se pone en guardia contra el fetichismo empirista que lleva a menudo a conclusiones equivocadas. Al fin de cuentas, era justamente la observación la que había llevado a los aristotélicos a creer en la rotación del Sol y en el principio de la fuerza permanente, dos grandes errores."
Ernesto Sábato extractos de "Uno y el Universo"